Asociación de Productores Hortícolas de la 1610: una década de trabajo autogestivos

Varela Municipio.

La institución conforma un ejemplo del sector
agrícola varelense. Un fuerte compromiso en la soberanía alimentaria a partir
de la comercialización tanto de verduras como de frutas agroecológicas a
precios accesibles, establecidos mediante asamblea.

Ideada por vecinas y vecinos con dificultades
económicas, la organización nace diez años atrás con escasos medios. Con
improvisación más conocimientos, emplean una metodología laboral interesante
reconocida tanto por colegas como clientes.

Compuesta por catorce familias, valora el
acompañamiento desde el Municipio de Florencio Varela materializado en diversas
herramientas, a partir de un trabajo articulado a favor del entramado
productivo local.

Uno de sus integrantes
-Luis Pérez- resalta “el impacto
positivo de la intermediación con la Comuna que ayuda a nuestra actividad
mediante diversas acciones”
e informa “la entrega de recursos, la disposición de un espacio físico más la
facilitación de contactos con autoridades nacionales, provinciales o de
distintos organismos expertos”.

Pérez profundiza en la
recepción de elementos como “vehículos,
caños de riego hasta madera para los invernáculos”
. Luego, indica la
reciente llegada de “árboles frutales
provenientes del Ministerio de Desarrollo Agrario bonaerense: un gran salto
cualitativo”.

El hombre exhibe su
felicidad al evocar “el despliegue de
un lugar en las exposiciones efectuadas por la Intendencia en la Plaza San Juan
Bautista, estrategia que reduce los intermediarios y fortalece la conservación
del valor popular”.
  Menciona “el beneficio para todos los eslabones en la
cadena: clientes, vecinos, vecinas; emprendedores y emprendedoras más sector
público”.

“Estimamos que, cada vez que nos convocan a los paseos de compra, alrededor
de 240 familias adquieren lo que vendemos, una cifra muy interesante”,
comparte.

Constante actualización

El horticultor enfatiza
en la utilización de insumos no perjudiciales para la naturaleza y los seres
humanos dado a la intención de “preservar
el bienestar de las personas y el de nuestras tierras. En el presente, contamos
con 20 hectáreas que requieren su cuidado”.

Asimismo, focaliza en
los cambios de alimentación porque “nunca
es la misma, hoy en día solicitan zapallo anco, rúcula, zanahoria, batata, a
las que hay que sumar puerro, apio, cabutia, coliflor, tomate. Son de
estación”.

A raíz de lo citado,
apunta “las variadas capacitaciones
llevadas a cabo por dependencias como el INTA. Siempre surgen cuestiones
desconocidas en las formas de cultivos o plantaciones”.

Otra característica
especial de la 1610 suele estar representada en su horizontalidad. “Los precios son fijados a través de la
elección de las y los miembros cada tres meses”,
cierra.