Las consecuencias sobre la salud que podría generar un (mal) acuerdo con el FMI Por Jonatan Konfino Nicolás Kreplak

Fuente: Página 12

En estos días está en la agenda pública la
posibilidad avanzar en un acuerdo para reestructurar la deuda adquirida
en 2017 por el entonces Gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario
Internacional
. Una deuda contraída en tiempo récord y probablemente por un
monto superior a la capacidad de pago del acreedor, en este caso nuestra
República Argentina.

A priori pareciera que se trata sólo de una
discusión económica, aunque hemos aprendido por algunas experiencias en nuestro
país y en el mundo cuáles pueden ser las potenciales consecuencias de
este tipo de acuerdo para la salud del pueblo. Repasemos algunos
ejemplos que están registrados en la literatura científica y en libros de
especializados.

En Grecia, las políticas de austeridad implementadas luego del acuerdo con el FMI en el año 2010 aumentaron un 40% los suicidios, 2,6 veces los casos de depresión, hubo brotes de enfermedades como la malaria y aumentaron las admisiones a los hospitales.

Similares consecuencias negativas sobre la salud se
observaron en gran parte de los países de Europa que siguieron esas recetas. Lasalud
mental en Inglaterra y en España también se vio afectada 
a través
del aumento de la depresión, los suicidios y el consumo abusivo de
alcohol.

Una revisión sistemática que analizó la asociación
entre las políticas de austeridad y la salud a través de los cambios en la
inversión en salud en 27 países entre 1995 y 2011 observó que los deudores
del FMI tenían casi 4 veces más chances de ajustar los presupuestos en salud en
comparación con quienes no mantenían deudas con ese organismo multilateral de
crédito

Similares resultados observamos en Argentina desde
2018 cuando el gobierno de Macri tomó la decisión de cerrar el Ministerio de
Salud de la Nación 
y reducir la inversión en salud.

Esas decisiones políticas impactaron de manera
negativa en la salud de la población, por ejemplo a través de la disminución en
el acceso de los medicamentos para la tuberculosis, el VIH y el acceso a
métodos anticonceptivos entre otros. Un dato adicional es que estos recortes
adoptados que se producen frecuentemente en las políticas de salud y protección
social, terminan repercutiendo de manera inequitativa en la salud de la población,
afectando principalmente de los sectores más vulnerables.

Nuestro sistema de salud se fortaleció para
afrontar la pandemia. No sólo recuperó el Ministerio de Salud y la gobernanza
sobre el sistema, sino que incrementó como nunca desde la época de Ramón
Carrillo el número de camas hospitalarias, de profesionales de la salud y de
equipamiento médico. Luego de esta reconstrucción del sistema de salud no
podemos retroceder y tenemos que aprovecharlo como cimiento del sistema
integrado de salud que se necesita. El contexto económico y las decisiones
políticas son parte de lo que en salud pública se conoce como la determinación
social de la salud. Por ello es necesario garantizar que la inversión en salud
siga creciendo, que el sistema de salud se siga fortaleciendo y que cada día
avancemos en garantizar el derecho a la salud. Aun en el marco de las
negociaciones con el FMI, porque hemos sido testigos que las políticas
de austeridad matan.