Municipalidad de Florencio Varela – Secretaria de Salud ¿Cómo es posible fortalecer los vínculos en tiempos de aislamiento y distanciamiento?

Desde
el área de salud mental y del taller ejercitando la memoria dependiente de la
secretaría de Salud municipal se ofrecen reflexiones y recomendaciones para
cuidar nuestra salud mental.

Se
hace necesario tener en cuenta que el distanciamiento como medida preventiva,
se refiere al distanciamiento físico y no al social. Aunque las limitaciones al
contacto físico con otras personas sean necesarias para cuidarse, no significa
que no puedan contactarse de manera afectuosa, aún a la distancia. Son los
lazos sociales, el contacto con los otros, los que contribuyen al sostenimiento
del distanciamiento físico. Entonces, mantenerse conectados y comunicados con
familiares, amigos y vecinos para sentirnos cerca y acompañados, es una manera
de fortalecer esos lazos.

En
este tiempo, el uso de la tecnología, facilita el contacto entre las personas,
se transforma en un desafío e instrumento de transmisión de conocimientos y
aprendizajes en el que se encuentran  las
diferentes generaciones; el teléfono acerca a los familiares, amigos y vecinos
mediante conversaciones frecuentes y , llamativamente,  novedosos y creativos canales de comunicación
o modos de contacto surgen entre las personas basados en acciones solidarias y
de colaboración mutua que implican la participación de todos los miembros de la
familia, del compromiso de cada vecino o vecina de un barrio y la cooperación
de todas las personas de una comunidad. 

Cuando
esto sucede,  la comunidad supone, que el
modo de preservar y cuidar su integridad e identidad física, mental, espiritual
y social implica un trabajo colectivo, recíproco, con objetivos comunes y
definidos, que generan sentimientos de pertenencia, contención, sostén y
esperanza. Ayuda también, a mitigar sentimientos de tristeza, temor,
nerviosismo, irritación, soledad como algunos de los efectos psicológicos
esperados ante esta situación inédita y repentina que toca vivir. 

En
el interior de los hogares, no es muy distinto, cuando cada miembro de la
familia cuenta con roles definidos asociados a la colaboración y ayuda mutua,
sintiéndose cada persona de ese grupo útil y acompañada. Con una rutina diaria
de higiene, alimentación y descanso, también se contribuye a mantener niveles
de ansiedad razonables. Aparece el miedo o temor asociado al modo que cada
persona interpreta la pandemia, dado que el modo de relacionarnos con la
realidad o incluso el entorno, cambió. 

Por
esto mismo, es esperable que ante lo desconocido y los cambios, el miedo
aumente, por lo que es recomendable, que en la rutina diaria, se establezcan
pausas y tiempos de ocio que propicien conversar con la familia, acerca de las
preocupaciones y temores que surgen en este momento. El ejercicio de la
paciencia y la tolerancia fomentan modos respetuosos y amorosos de
relacionarnos con los otros y propician la predisposición a la resolución
conjunta o familiar de dificultades que se presentan a diario. El clima de convivencia
es más tolerable dentro de la familia, pero también en el barrio y la
comunidad. 

En
este sentido, cada persona en su grupo de pertenencia, como la familia, el
barrio o la comunidad, puede aportar a su salud de manera mancomunada,  es decir, haciendo lazo, atentos a aquellas
personas que están solas, ofreciendo colaboración y apoyo; ayudar a transmitir
información clara, adecuada y comprensible para que las personas puedan decidir
responsablemente, el modo de cuidarse y regular el flujo de información y así
evitar aumentos de nerviosismo y malestar.

Estas
recomendaciones valen para todas las personas y en este sentido, cada persona
tiene un rol activo y puede contribuir a las soluciones, las mayores también:
cuántas veces son los hijos y los nietos, los que están trabajando en tareas
esenciales, los que necesitan del afecto y ayuda de sus mayores. Son abuelos o
abuelas, las que llaman a sus hijos y nietos y les recuerdan el valor de las
tareas que realizan o el propósito por el cual hacen el esfuerzo de quedarse en
casa. Son también quienes portan y comparten experiencias a los más jóvenes de
épocas que vivieron momentos críticos y sobrellevaron.

El
fortalecimiento de los lazos sociales implica la participación de todas las
personas, indistintamente de las edades, en cuyo caso de tratarse de personas
que requieren de mayor colaboración y apoyo por dependencia leve o severa,
emplear acciones que les permitan comprender los cambios en su entorno y puedan
expresar de qué modo vincularse con esa nueva realidad.

Por
último, puede ser de utilidad tener en cuenta cuando considerar hacer una
consulta especializada: cuando las actitudes estresantes o al malestar o
sufrimiento psíquico en la seguridad de su casa, en un ambiente además de
familiar y tranquilo, sigue nervioso/a, muy preocupado o incluso siente que
sostiene el mismo nivel de miedo y angustia, o es mayor que cuando sale a la
calle. Cuando nota que come más de lo habitual, incrementa el consumo de
alcohol o consume medicación que no fue indicada para poder dormir o estar más
tranquilo o tranquila, y las medidas recomendadas le resultan difíciles de
realizar o son insuficientes. Pero siempre hay que recordar que mucho de lo que
nos sucede es esperable ante esta situación nueva y desconocida como la que vivimos
todos.

Para
mayor información las vecinas y vecinos interesados pueden comunicarse
telefónicamente a la Coordinación de Salud Mental, 4355 -7952 los días hábiles
de 10.00 a 14.00 donde se atiende brindando información y orientación, en un
ámbito de contención y acompañamiento.