1993 – 11 DE ENERO – 2020 EL RECUERDO DE HUGO MANUEL GARCÍA El “CHUECO” QUE SIGUE VIVIENDO EN EL CORAZON DE LA HINCHADA CERVECERA

Lo ascendió a Quilmes en el ‘91 y dejó un recuerdo imborrable en el
hincha de Colón. Murió en un accidente el 11 de enero de 1993 cuando venía para
empezar la pretemporada en Santa Fe.

ARMA EQUIPOS EN EL CIELO

Se venía, en los primeros viajes en micro a Santa Fe, estudiando la
vieja y querida Guía Sólo Fútbol —revista especializada que cubría todas las
categorías del fútbol argentino— sin dormir. Se conocía desde el primero hasta
el último de los jugadores. Un obsesivo del fútbol, apasionado como pocos.
Capaz de estirar, como varias veces lo hicimos, la sobremesa hasta que el reloj
no marcara más las horas. Bohemio ciento por ciento.

Hugo Manuel García, el que dirigió y ascendió a Quilmes viviendo
enfrente de la vieja cancha de Guido y Sarmiento. Los que lo conocían en el sur
dicen que esa tarde del gol de la “Tortuga” Mario Gómez —1 a 0 contra
Almirante— que le daba el ascenso a Quilmes lo vieron llorar mirando el cielo
cuando Juan Carlos Demaro pitó el final.

Es que Hugo era hincha en serio de Quilmes, por lo que sentarse en ese
banco era la responsabilidad más grande del mundo. Para colmo, dirigía desde
los 27 años, con lo cual se había transformado en uno de los técnicos típicos
de la “B” en esos años. De yapa, el “Cervecero” venía golpeado: antes había
perdido el ascenso a manos de Huracán y Lanús respectivamente. Primero Tocalli,
después el mismo Hugo.

A su lado, en todos lados, el “Nene” Juan Carlos Kerle, que hoy junto
al “Chueco” forma equipos en el cielo,  familiar e incondicional de Hugo, entrenador
de la reserva quilmeña que también dio la vuelta olímpica esa tarde ante
Almirante. Kerle fue ayudante de campo en ese Quilmes y años después con Walter
Barraza fundaron la Escuela de Técnicos “Hugo Manuel García” en un merecido
homenaje al “Gallego”.

ACÁ, EN SANTA FE, TAMBIÉN LO
VIMOS LLORAR.

Fue el 3 de octubre de 1992 cuando fue a jugar de visitante el clásico
a la cancha de Unión. Enfrente, el “Flaco” Zuccarelli, con todo lo que
implicaba Zuccarelli en un clásico en Santa Fe. Para colmo, Hugo no le había
podido ganar en cinco enfrentamientos anteriores y lo tenía clarito en su
memoria. Y, de paso, sabía otro dato: Colón no ganaba un clásico desde hacía 12
años.

Desplegó su show esa tarde. Quería entrar antes a la cancha para
asegurarse que no se la regaran y para “levantar a la gente” en la tribuna
visitante. El vestuario foráneo tenía una puertita que daba a la cancha pero
estaba cerrada y nadie tenía la llave. Empezó a patearla hasta que le abrieron.
Se insultó con los plateistas rivales, como en casi todas las canchas.

Le pidió a “Pichón” Juárez, capitán, que eligiera “arco” al ganar el
sorteo. Lo quería a Perassi de espaldas a los hinchas de Unión y gambetear el
sol en contra. Gritó como loco los goles de Maximiliano Cincunegui y “Chupete”
Marini; sufrió el descuento de Magnín y me acuerdo que lo “puteó” al paraguayo
Lugo porque estando 2-1 arriba, buscó salir jugando y casi la pierde en la
puerta del área sabalera.

EL LLAMADO MENOS ESPERADO

Empezaba mis vacaciones del ‘93 cuando Guillermo Dozo me llamó: “Está
el auto y el fotógrafo, andate a San Pedro a cubrir el accidente”. Fue uno de
mis trabajos más tristes en este diario en 23 años. Teníamos, junto a Enrique
Cruz (h), una relación especial con Hugo.

Cuando llegamos con Guille Di Salvatore al Hospital, el profe Daguerre
—salvó su vida de milagro— nos dijo: “Cierro los ojos y lo veo tirado
sangrando”. Fue uno de los golpes duros en la vida sabalera. Siempre lo es una
muerte, pero la de Hugo mucho más. Su poco tiempo en Colón fue intenso. Y con
ese clásico se había metido al pueblo sabalero en el bolsillo. Ese gran equipo
que él armó fue el que llegó, con Jorge Ginarte, a los penales contra Banfield
en el Chateau.

Hugo Manuel García, el hincha de Quilmes que se ganó el corazón de los
hinchas de Colón. Ese “loco” del fútbol que ahora estudia nombres de jugadores
y arma equipos en el Cielo.

EL ACCIDENTE FATAL

El accidente de esa tarde del 11 de enero de 1993 se produjo en el
kilómetro 183, cerca de San Pedro y a la altura del desvío para Gobernador
Castro. El auto era un flamante Renault 21 que la CD de Colón le había
entregado como parte de pago de una deuda.

La maniobra de Hugo fue fatal entre dos camiones que lo encerraron: sus
conductores no pararon y escaparon. Hugo García y el profe Horacio Daguerre
estuvieron una hora tirados agonizando, hasta que paró una Traffic y buscó
ayuda.

Hugo entró al Hospital de San Pedro en estado de coma grado tres, fue
sometido a una traqueotomía pero falleció a las 19.45 de ese lunes negro para
el mundo Colón.

Darío Pignata

dpignata@ellitoral.com

(P.D.)

A 27 AÑOS DE ESE “MALDITO”
ACCIDENTE.

Pasaron 27 años y parece que fue ayer, creemos que  lo vamos a cruzar en algún “abrazo de gol” de
su Quilmes querido, en algún boliche charlando de futbol o jugando al billar,
decía que era el mejor.

Cuando en charlas Cerveceras se preguntan quién fue el DT que dio todo
por el QAC solo salta el nombre de “El Chueco García o El Gallego o El
Fastidioso”, se lo extraña, la HINCHADA lo extraña.

Los dirigentes olvidan rápido, parece que no están para acordarse de un
“Gallego” que dejaba todo por su Cervecero, hasta de viajar muchas horas en
micro (no alcanzaba para pasaje de avión), y venir a charlar  con los dirigentes para al final SACAR A
QUILMES CAMPEON

Que se van a acordar los dirigentes, si ni se acuerdan de las glorias
que todavía siguen a QAC desde alguna tribuna,  ellos siempre  están ocupados en otros cosas, menos en “ese hincha cervecero que dejo todo para
sacarlo a Quilmes Campeón”.

“CHUECO QUERIDO” SIEMPRE EN EL
CORAZON DE LA HINCHADA CERVECERA