1993 – 11 DE ENERO – 2019 EL RECUERDO DE HUGO MANUEL GARCÍA El “CHUECO” QUE SIGUE VIVIENDO EN EL CORAZON DE LA HINCHADA CERVECERA

Lo ascendió a Quilmes en el ‘91 y dejó un recuerdo imborrable en el hincha de Colón. Murió en un accidente el 11 de enero de 1993 cuando venía para empezar la pretemporada en Santa Fe.ARMA EQUIPOS EN EL CIELO

Se venía, en los primeros viajes en micro a Santa Fe, estudiando la vieja y querida Guía Sólo Fútbol —revista especializada que cubría todas las categorías del fútbol argentino— sin dormir. Se conocía desde el primero hasta el último de los jugadores. Un obsesivo del fútbol, apasionado como pocos. Capaz de estirar, como varias veces lo hicimos, la sobremesa hasta que el reloj no marcara más las horas. Bohemio ciento por ciento.
Hugo Manuel García, el que dirigió y ascendió a Quilmes viviendo enfrente de la vieja cancha de Guido y Sarmiento. Los que lo conocían en el sur dicen que esa tarde del gol de la “Tortuga” Mario Gómez —1 a 0 contra Almirante— que le daba el ascenso a Quilmes lo vieron llorar mirando el cielo cuando Juan Carlos Demaro pitó el final.
Es que Hugo era hincha en serio de Quilmes, por lo que sentarse en ese banco era la responsabilidad más grande del mundo. Para colmo, dirigía desde los 27 años, con lo cual se había transformado en uno de los técnicos típicos de la “B” en esos años. De yapa, el “Cervecero” venía golpeado: antes había perdido el ascenso a manos de Huracán y Lanús respectivamente. Primero Tocalli, después el mismo Hugo.
A su lado, en todos lados, el “Nene” Juan Carlos Kerle, que hoy junto al “Chueco” forma equipos en el cielo, familiar e incondicional de Hugo, entrenador de la reserva quilmeña que también dio la vuelta olímpica esa tarde ante Almirante. Kerle fue ayudante de campo en ese Quilmes y años después con Walter Barraza fundaron la Escuela de Técnicos “Hugo Manuel García” en un merecido homenaje al “Gallego”.

ACÁ, EN SANTA FE, TAMBIÉN LO VIMOS LLORAR.

Fue el 3 de octubre de 1992 cuando fue a jugar de visitante el clásico a la cancha de Unión. Enfrente, el “Flaco” Zuccarelli, con todo lo que implicaba Zuccarelli en un clásico en Santa Fe. Para colmo, Hugo no le había podido ganar en cinco enfrentamientos anteriores y lo tenía clarito en su memoria. Y, de paso, sabía otro dato: Colón no ganaba un clásico desde hacía 12 años.
Desplegó su show esa tarde. Quería entrar antes a la cancha para asegurarse que no se la regaran y para “levantar a la gente” en la tribuna visitante. El vestuario foráneo tenía una puertita que daba a la cancha pero estaba cerrada y nadie tenía la llave. Empezó a patearla hasta que le abrieron. Se insultó con los plateistas rivales, como en casi todas las canchas.
Le pidió a “Pichón” Juárez, capitán, que eligiera “arco” al ganar el sorteo. Lo quería a Perassi de espaldas a los hinchas de Unión y gambetear el sol en contra. Gritó como loco los goles de Maximiliano Cincunegui y “Chupete” Marini; sufrió el descuento de Magnín y me acuerdo que lo “puteó” al paraguayo Lugo porque estando 2-1 arriba, buscó salir jugando y casi la pierde en la puerta del área sabalera.

EL LLAMADO MENOS ESPERADO

Empezaba mis vacaciones del ‘93 cuando Guillermo Dozo me llamó: “Está el auto y el fotógrafo, andate a San Pedro a cubrir el accidente”. Fue uno de mis trabajos más tristes en este diario en 23 años. Teníamos, junto a Enrique Cruz (h), una relación especial con Hugo.
Cuando llegamos con Guille Di Salvatore al Hospital, el profe Daguerre —salvó su vida de milagro— nos dijo: “Cierro los ojos y lo veo tirado sangrando”. Fue uno de los golpes duros en la vida sabalera. Siempre lo es una muerte, pero la de Hugo mucho más. Su poco tiempo en Colón fue intenso. Y con ese clásico se había metido al pueblo sabalero en el bolsillo. Ese gran equipo que él armó fue el que llegó, con Jorge Ginarte, a los penales contra Banfield en el Chateau.
Hugo Manuel García, el hincha de Quilmes que se ganó el corazón de los hinchas de Colón. Ese “loco” del fútbol que ahora estudia nombres de jugadores y arma equipos en el Cielo.

EL ACCIDENTE FATAL

El accidente de esa siesta del 11 de enero de 1993 se produjo en el kilómetro 183, cerca de San Pedro y a la altura del desvío para Gobernador Castro. El auto era un flamante Renault 21 que la CD de Colón le había entregado como parte de pago de una deuda.
La maniobra de Hugo fue fatal entre dos camiones que lo encerraron: sus conductores no pararon y escaparon. Hugo García y el profe Horacio Daguerre estuvieron una hora tirados agonizando, hasta que paró una Traffic y buscó ayuda.
Hugo entró al Hospital de San Pedro en estado de coma grado tres, fue sometido a una traqueotomía pero falleció a las 19.45 de ese lunes negro para el mundo Colón.

Darío Pignata
dpignata@ellitoral.com

(P.D.)
A 26 AÑOS DE ESE “MALDITO” ACCIDENTE.

Pasaron 26 años y parece que fue ayer, creemos que lo vamos a cruzar en algún “abrazo de gol” de su Quilmes querido, en algún boliche charlando de futbol o jugando al billar, decía que era el mejor.
Cuando en charlas Cerveceras se preguntan quién fue el DT que dio todo por el QAC solo salta el nombre de “El Chueco García o El Gallego o El Fastidioso”, se lo extraña, la HINCHADA lo extraña.
Los dirigentes olvidan rápido, parece que no están para acordarse de un “Gallego” que dejaba todo por su Cervecero, hasta de viajar muchas horas en micro (no alcanzaba para pasaje de avión), y venir a charlar con los dirigentes para al final SACAR A QUILMES CAMPEON
Que se van a acordar los dirigentes, si ni se acuerdan de las glorias que todavía siguen a QAC desde alguna tribuna, ellos siempre están ocupados en otros cosas, menos en “ese hincha cervecero que dejo todo para sacarlo a Quilmes Campeón”.

“CHUECO QUERIDO” SIEMPRE EN EL CORAZON DE LA HINCHADA CERVECERA